He caminado
tantas veces, el mismo sendero pero sigue siendo tan doloroso como el primer
día, me aferro a mi idea de querer ser libre, de respirar y seguir hacia
adelante.
El miedo me
invade, las angustias carcomen mi ser, me inundo de tristeza, me abraza el
dolor, y me toca el corazón lentamente, me hace brincar en las noches en las
cuales la oscuridad me engaña y me susurra al oído las mentiras que de tu voz
deseo escuchar, se vuelve mi cómplice para crear la fantasía que no sucederá jamás.
En mis ojos las
lagrimas danzan y engañan, me queman las mejillas, me recuerdan que cada una de
ellas no son de ahora, son de toda mi vida. Hasta un árbol sucumbe al trueno de
la tormenta, y mis lágrimas sucumbieron al engaño de mi debilidad de mis ideas
raras que no son una realidad. Veo en el espejo de mis ojos la solitaria mirada
que encierra mi sonrisa forzada, consigo el roce del viento en mis labios donde
se quema el beso que aguarda en los rincones de mis manos, añorando el
encuentro de nuestros alientos con el embrujo de esa luz de luna, que regresa y
toca mi ventana y reclama hoy no, el olor me impregna la garganta que me
asfixia, que ensordece a mi obscura fealdan que se disfraza de tranquilidad,
ese monstruo que recorre mis espaldas y estremece mis segundos en el miedo de
mis horas, donde encuentro los mormullos de mi respirar.
Tanto silencio……..
es la condena a la que me he encadenado en el pasado de mis recuerdos.
Verme caminar
sin el rumbo más seguro, correr aumenta mi dolor, gritar aumenta la desesperación
que desgarra junto al viendo de mi alborotado corazón.
Soy solitaria, con
coraza sin duda armadura dura de perforar, ten paciencia tal vez con ella mi
sonrisa logre emanar, y el viento te lleve mi beso oculto que mis manos te darán.